domingo, 27 de septiembre de 2009

Esta casa sólo necesita arreglos menores en los elementos comunes para que, con gasto contenido, resplandezca con su genuina prestancia, puesto que las viviendas están en buen estado y reformadas.

Quisiera finalmente destacar cuatro valores de esta casa que justificarían por sí solos la inmediata supresión de la condición “fuera de ordenación”, y que la harían acreedora a una particular protección, consolidación y conservación:

· Conservación de la autenticidad en todos sus elementos, sin haber sufrido reformas que alteraran elemento alguno de la edificación. Todas las reparaciones que ha experimentado se realizaron respetando los materiales y las técnicas tradicionales originales, salvo para las instalaciones imprescindibles.

· Distribución interior original, tal como se hacía desde el Renacimiento: estancias comunicadas entre sí por varias puertas, dormitorios con alcobas...pero con modernas instalaciones, no agresivas al conjunto.

· Tal es la autenticidad que incluso la puerta de acceso es una vieja y pesada puerta de madera, desprovista de portero automático u otras modernidades, pues se conserva tal cual desde la era de los serenos.

· Capítulo aparte merecen las galerías o miradores. Mucho se ha hablado de este elemento y su influencia en la arquitectura tradicional norteña, cuando no para denostar su bastardeo por empleo de materiales y diseños extraños en las áreas históricas. Creo poder afirmar que esta casa posee LAS GALERÍAS MÁS ANTIGUAS DE LA CIUDAD, según propias investigaciones, que naturalmente estoy dispuesto contrastar con cualquiera que afirme otra cosa.

Estos miradores son los mismos que pueden verse en fotografías históricas de los años 50, 30 o 20, pero también los de la imagen del principio que reza: plaza de Vega en 1910!. Ignoro la fecha original, pero bien podrían llevar unos cuantos años más, atendiendo a varios detalles. En esa misma foto pueden apreciarse otras galerías en la misma manzana, que no han llegado hasta nosotros como se aprecia en la foto actual. A pesar de no haber sido sustituida, sí he podido observar reparaciones, con materiales y técnicas tradicionales, y bien acometidos, como la sustitución de un larguero y el cambio de las hojas. Cuando entré en esta casa el mirador correspondiente a mi piso estaba bastante descuidado, pero merced a realizaciones que acometí ahora presenta el mejor estado de los tres. Los otros dos sólo precisarían una mejora estética.

Es cierto que en el casco histórico hay muchos miradores originales, y alguno de ellos con gran valor artístico y arquitectónico en decoraciones, molduras y esculturas. Lo malo es que, si nos limitamos a los originales, la mayoría presentan un mal o pésimo estado de conservación incluso los más modernos, aunque algunos se pintan regularmente. Ello se debe a que los pintores suelen desconocer las técnicas más idóneas, cuando no al abandono de sus propietarios. La comodidad también ha llevado a sustituir el material tradicional (madera) por otros menos exigentes, lo que también ha roto con la estética. Hay detalles que pueden llevar a una datación bastante exacta: molduras, diseño de las hojas, tamaño de cristales, hojas de guillotina, tipos de bisagras y herrajes...